miércoles, 27 de febrero de 2013

JORGE JUDAH CAMERON-LORELEY-ARGENTINA




1

LORELEY
                                                                                                                                     
Todos los días, a la misma hora, sensible y extasiado contemplaba su figura venir a mí, envuelta en el aroma de las flores más perfumadas y moribundas, bañándose la piel de aquella fragancia de blandas rosas que nos unió para siempre. Loreley, mi Loreley, la única, la más bella entre las bellas meciendo sus cabellos rojizos con los últimos destellos del atardecer. Durante horas, recostados sobre los verdes campos y abrazados en consonancia con las aves, que, paseándose sobre nosotros, sonorizaban nuestro amor... ¡Dios, cuanto reíamos sin dejar de besarnos!      Loreley, la única, la más amada entre las mujeres de esta Tierra. Ellos nos separaron pensando que todo terminaba con esa injusta actitud, autoritaria y medieval, de pensar que un pobre no puede amar a una aristócrata, o un judío enamorarse de una mujer cristiana sin tener que pasar por la censura de los hipócritas. Intentaron asesinarnos al hallarnos desnudos sobre el heno en aquella dorada caballeriza del padre de Loreley, mi amada. Pero nuestro amor pudo más. Logramos huir por los techos de la mansión hasta un río donde perdieron el rastro de nuestros cuerpos en fuga. Heridos, sangrando juventud en cada lágrima, nos alejamos de aquel lugar y de sus vidas para siempre.                                                  El amor nos mantuvo unidos, hasta hoy, lejos de la soberbia, la avaricia, la ignominiosa tortura a la que fuimos sometidos durante tantos años. Ni la muralla más alta sería impedimento si la perdiera. Nada lograría detenerme. Desbordante mi pasión lamería sus huellas como un lobo herido por los cielos y los mares, y si fuera el inframundo aquello interpuesto entre ella y yo, bajaría cual Orfeo al Hades a buscarla entre los muertos a esa venerada mujer por mí llamada Loreley, y en mis brazos la traería vaciándonos en el beso más profundo que recuerde ser alguno. Y si acaso no pudiese retornarla yo con ella sufriría en los fuegos del infierno.
–¡Te amo, Judah! –exclamó.
Así estuvimos hasta que dieron las doce menos un minuto. Nos despedimos tiernamente para volver cada uno a su tumba, hasta el siguiente día, como hace más de un siglo.
                                    *****************************
NOTA:ESTE CUENTO APARECIÓ EN UN DIARIO DE ESPAÑA, PUESTO QUE LORELEY OBTUVO EL PRIMER PREMIO EN EL CENTRO GALLEGO ROSALIA DE CASTRO, DE BUENOS AIRES .
LORELEY-Voz Dolores Sans-4.mp3LORELEY-Voz Dolores Sans-4.mp3
3702 kb   Reproducir   Descargar  








martes, 19 de febrero de 2013

FRANS GRIS "HOTEL CALIFORNIA"- CHILE





Hotel California (Eagles, 1976)

No hay mucho que ver, escuchar o decir. Más bien a estas alturas ya no tengo nada de nada. Un viejo sombrero blanco ¿blanco? alguna vez lo fue. Al igual que estos pantalones…y la camisa,  que hoy  luce grandes manchas  de sudor y kétchup, en los faldones y bajo los brazos.
                  Y qué?...no iré…estai más loca…no sé nada de ese guitarrista que decís…ese de nombre como de personaje de historietas y de apellido hispano…¿ese de Black magic women?…¿lo conocís o no?
Es pa la risa, me hace reír…como este pitillo…un poco de hierba…papel…
Ándate a la cresta oh… vo creís que es pa ponerse serio me                 conseguí un poco de pasto con el flaco de la esquina, y el papel se lo saque a mi agüela, de una biblia, p´tas que se enojó la vieja oh.
No éramos muchos: una batería, guitarra, bajo, clarinete y saxo…algo simple…poca cosa… algo como una mezcla de jazz y rock, tirando hacia el folclore de las Antillas. Ritmos negros ¿negros? …nada…. creo que con suerte era una mercolanza de un montón de ritmos y na que ver, ni parecida a lo que tocaban esos otros medios jipis de Viña, Los Jaivas…esos le hacían al fusión folc…o como le llamaran, a lo que los hermanos Parra, y el Gato, tocaran. “Mira niñita te voy a llevar a ver la luna ….”
No éramos más que unos campesinos trasplantados, obreros, no más de eso…le robábamos tiempo al sueño, y plata a la bolsa del pan….para instrumentos y discos. Músicos? Noooo. Hooooola músicos…como decíamos por esos días.
Conseguí que mi hermana, la que estudió en las monjas de la Divina Providencia, me hiciera una camisa sin botones y bordada, y un pantalón igual, de osnaburgo. Mi camisa era toda blanca, de mangas de campana y flores blancas…y los pantalones patas de elefante y sandalias…collares y el pelo rozándome los hombros, y los pitos que me daban risa…y todavía…
¿Y qué?  Éramos obreros, estudiantes, vagos…de pelo corto y zapatones de seguridad, overoles engrasados,  de 8,00 de la mañana a 8,00 de la noche, invierno y verano, domingos libres. Textiles, zapateros, liceanos….y qué sé yo qué más.
Y la niña blanca, de muslos de nieve, y piel  de azucenas…esa misma que se quemó los brazos y los pies, tanto que se le marcaron las chalas,  ese día en Piedra Roja. Ese Festival jipi que quiso emular a WOODSTOCK, en el 69, no pasó naa, es que era muy rasca, picante y chicoco. Ese mismo día fue que perdí, y perdió, la virginidad del cuerpo, la otra ya la habíamos perdido que tiempo...  
Por esos días conseguí una tremenda pega, en una fábrica de tejidos…y me compré una Gilera de carreras 125 c/c. roja,  que me daba tremendo caché entre las lolas de mi barrio y los pendejos me seguían con la boca abierta al pasar con mi chaqueta de cuero negra y blue jeans…no usábamos casco…y mi madre se horrorizaba de pensar que alguna vez le entregarían solo una bolsa vacía de vida.
Todas las minas y lolas querían dar una vuelta en la Gili…a la vista de todos…total las viejas igual hablaban. Total…
en una hoja de la biblia de la vieja  me armé un pito…en esa que dice algo de los tiempos y qué sé yo qué más…esta es de la güena, paraguaya…me hace reír y reír…Y en la playa…odio la playa, me lo fumé hasta las uñas…bajo el frío de marzo y la humedad entrando bajo el poncho y una botella de pisco,  amargo…el primero de otras miles y la última…y el aspirar estrellas
total…puros gritos…y pateaduras y fue la mañana de los cohetes…esa mañana que nuestro mundo se dio vueltas y desde allí volvimos los ojos para no ver y nos tapamos los oídos y no escuchar  y nos amordazamos a nosotros mismos…y nos hicimos cómplices…porque muchos no volvieron y otros, los más, no quisieron…así es que arrumbamos los sueños…Todos..todos cavamos fosas comunes en nuestras conciencias y cerramos los ojos, pues no quisimos ver que éramos culpables, responsables, cómplices de las parrilladas…de las violaciones…de los arrancadores de dientes y uñas...Todos…Nadie está libre de toda esa culpa…

Un pito 2.0…recargado…algo nuevo “él que esté libre de culpa…” otra bota de pisco…amargo… llorón…y mi camisa …blanca o ¿gris?  manchada de alcohol bajo los brazos y en los faldones…¿sangre?...
un sombrero que alguna vez…y el pantalón con manchas de orín, y otras más sospechosas…tirado en este catre de hotel sucio con pequeños animalillos grises…serán alcohólicos…es que les gusta mucho chuparme… 
hace ya mucho, como treinta y nueve años …o algo así…que ya no volví…debe ser por la hebra rojinegra que esa mañana anotó en mi piel ese corvo militar. Un relámpago de acero me abrió desde debajo del esternón hasta el hombro derecho
profundo río de guitarras fluyendo, largo y acompasado. Mil luces ardiendo tras los ojos que arden y las lenguas gritando…el tabletear de los casquillos en los suelos y un clarinete….
y los largos días de dolor y muerte diaria
y luego una botella y otra … y Alemania y Suecia…
Y Pisagua o el frío
Y desde esos lugares el largo camino al resto de mi vida y a este colchón sucio
y a esta silla bajo mis pies y hasta este cordel que pende
desde una viga sucia
y veo, lo último, a mis pies sacudiéndose en el umbral
 del silencio



Frans Gris
16 de agosto (1969) 2012
Los Troncos, La Cisterna
Santiago de Chile  


viernes, 1 de febrero de 2013

HASTA SIEMPRE IAN WELDEN -NECHI DORADO-ARGENTINA


Hasta siempre, Ian Welden



Preguntas repetidas cuando la poesía se viste de luto
¡Hasta siempre, Ian Welden!

Nechi Dorado

Hace un tiempo atrás cuando supe de la partida de un compañero y compatriota, poeta argentino, y como siempre me sucede en esos casos, tales alejamientos hacen que me formule preguntas que hasta el momento no pude responderme.
¿Será que me espanta eso que algunos mencionan como despedida final, otros como adiós definitivo y todos, al fin, llamamos muerte?
Me preguntaba entonces:“…hay poetas y poetas. Unos escriben muy lindo. Son los que tienen música y tienen gracia.
Pero hay otros que escriben muy fuerte y se convierten en imprescindibles.
Es por los últimos que a veces me pregunto:
¿Está bien decir murió un escritor (narrador, poeta) cuando su corazón se detiene para siempre?
Creo que no.”
Esta mañana sentí el mismo interrogante y fue cuando América Comparini, hermana chilena en la poesía y los sueños, me dio la triste noticia de que esta vez quien se alejó fue Ian Welden.
Ian es –me niego a mencionarlo en pretérito- poeta, escritor, músico, cantante, artista gráfico además de humanista. Es uno de los tantos chilenos que debió enterrar sus raíces bien  debajo de la tierra que lo viera nacer, trasladando su tronco hacia otras latitudes cuando el odio tomara forma, cuerpo e idea en su Chile natal.
Fue Dinamarca la tierra que lo recibió y allí fijó su residencia para seguir hablando de las cosas lindas que suceden pese a tanto odio enraizado y de las otras, las que no hay que callar porque estallan en las venas.
Siento mucha pena, mucho dolor, mucha bronca,  cuando toca hablar de estos alejamientos forzados,  pero hay que hacerlo. Mucho más cuando quien se aleja, como lo hizo ayer Ian, deja el recuerdo imborrable por ser de aquellos que: “…tal vez salgan a formar escaleritas con esos libros que de tan altos que los ponen, no pueden alcanzar los que andan muy por abajo”.
Ian Welden: no te digo adiós porque no te fuiste, te saludo con un ¡Hasta Siempre hermano! Seguiré rondando tus letras, recordando tus consejos: “manda tus trabajos a esta página, o a esta otra” ese empuje que no siempre nos dan porque ya sabemos que también existen quienes se creen dueños de las artes y no conocen la grandeza de la solidaridad y mucho menos la de abrir caminos.
Porque a nosotros, Ian, lo charlamos muchas veces, en este mundo donde todo se compra porque alguien puso precios hasta al arte, no son muchos los que nos van empujando suavemente.
Ian Welden se fue, me dijeron. Yo prefiero seguir sosteniendo que hay personas que nunca se van del todo, apenas se alejan un poco.
Comparto uno de sus poemas  a través del que sentí un aroma a despedida y a tristeza mucho antes de saber que se nos iba…
De pie, aquí al borde de la línea

De pie, aquí al borde de la línea
sabiendo que mañana ya no existe.
Sacos de puertas hechas triza sobre mis espaldas
y cenizas cuando finalmente entregue
todo lo que he pedido prestado.
Caminando hacia la tierra de nadie,
buscando algún sueño en mis bolsillos,
tanteando ciego el muro del atardecer
y calculando mis pérdidas en las estrellas.
Debo trepar a algún lugar donde ya estuve,
por ahí en mi alma siento la nostalgia,
voces amistosas que seguramente existieron
y vidas que tienen sentido al amanecer.
Nubes en mis manos
lluvias en mis pies
el mundo insiste en girar sin mí.
Y si el sol se atreviera a asomarse
tan sólo expondría mis pecados a la luz.
¿Dónde está mi canción?
¿Cuáles fueron los equivocados pasos
que me condujeron a este abismo?
Detenido aquí al borde de la línea final
sembrando piedras con mis dientes,
durmiendo en carcasas de viejos barcos abandonados
y mendigando besos entre las multitudes.

IAN WELDEN-PEQUEÑO HOMENAJE PARA UN GRAN HOMBRE: CHILE-AMÉRICA COMPARINI



En esta semana ha partido un gran amigo, poeta, narrador,músico,diseñador gráfico, un gran artista chileno, pero sobretodo un gran hombre, que desde Dinamarca siempre gentil, atento, encantador, solidario, nos conmovía con su forma de ser.
Hace cuatro días atrás había "conversado" por mail con Ian, cuando publiqué su cuento. Y hace dos días atrás me escribe mi querida amiga Maritza Alvarez, poeta, pintora y fotógrafa  y me cuenta por mail, con  profundo dolor de la partida sorpresiva y repentina de Ian. a sus 64 años.
Verdaderamente, sentí que un puño de acero me golpeaba el centro del pecho quedé muy perturbada por la noticia .
_ Aunque vivimos en carpe diem y tenemos claro el concepto de la fragilidad  de la vida, uno nunca piensa que los amigos de repente parten, e incluso le comenté a Ian, que me enviara un cuento todos los meses._
_¡Yo sentía a Ian siempre presente, siempre "ahí," disponible siempre para los amigos, para la poesía, para el arte: lo sentía para rato largo_
¡Uno siempre contaba con él y siempre llegaba su palabra oportuna, aunque  estuviese replegada _
_¡Será muy difícil no sentirlo!
¡Qué ganas de abrazar a sus hijas que tanto amaba y reconfortarlas¡ 
¡Qué ganas de abrazar a todos los que amaba y manifestarle que la poesía está de duelo, que todos estamos de duelo por sus partida¡
Pero también que "nuestro", "de todos Ian", puede estar donde él deseé y cruzar mares y fronteras libremente. 
 AmigoIan , las palabras no alcanzan a dimensionar o expresar el sentimiento, como decía Ernesto Che Guevara, porque hoy las palabras están contreñidas por la tristeza, el asombro, pero te extrañaremos amigo: demasiado...
¡Ahora vuelas en otra dimensión  y lo más probable que ya cruzarte tu Cordillera de Los Andes ,viniste a reencontrarte con tu Chile, a recorrer esos lugares donde habitaba tu nostalgia, a estrechar con tu alma a los que amabas en tu tierra y a los que te amaban, querido Ian¡
Hasta siempre!!!!

http://milagroswelden.blogspot.com.ar