miércoles, 18 de mayo de 2022

ANGELES DE MI GUARDA _AMÉRICA COMPARINI SALAS_(RELATO) _MARIELA ORTEGA COMPARINI _ (FOTOGRAFÍA) _CHILE






ÁNGELES DE MI GUARDA

La tarde en que el juez Duncan, alias el “exterminador”, entró a la sala, carraspeó fuertemente para acallar a la concurrencia que había asistido al “Juicio del Siglo”.
­Un gran número de personas  se encontraban  dentro del antiguo edificio neoclàsico, que servía como Palacio de Justicia.
 Iniciando el heterogéneo cuadro humano y casi posando para los medios, un sonriente político maduro muy bien vestido por un diseñador top, asociado a la farándula criolla y galán frecuentemente rodeado de jovencitas o prometedoras estrellitas del espectáculo, acompañaba a una joven y hermosa viuda de sombrero alón y vestida sobriamente  de negro,  atuendo que hacía destacar su larga cabellera cobriza.
En la fila posterior había  una corrida de diferentes personas y colorido pertenecientes al jurado. 
Merodeando por todos lados y mezclándose reporteros gráficos, inundaban de luces con sus flashes impertinentes. 
En este grupo humano, también parloteaban conocidos periodistas de diversos diarios y revistas, agentes de publicidad, dueñas de casa, que habían abandonado las ollas y pañales  para el evento importante, camarógrafos nacionales y extranjeros, escritores, dos pintores, varios actores mayores,  modelos heterosexuales  femeninas y  masculinos , dos modelos homosexuales, un peluquero transexual,  dos anticuarios, un connotado empresario dueño de una cadena de tiendas  e industria cosmetológica, un director de cine 'busca talentos", un Tarotista de luenga barba blanca y abundantes cabellera, una médium de ojos negros  rasgados  de ascendencia turca, cuya cabeza lucía un exótico turbante, algunos  artistas circenses, un estafador famoso encubierto como parasicólogo, un relojero,  un veterinario, algunos estudiantes de derecho, cuatro damas de edad avanzada, un perrito chiguagua vestido con capa de tul rosa, un mago, un dueño de circo, un director de Hogar de Ancianos, y otras personajes difíciles de identificar por su estilo. 
Todos muy arreglados y vestidos formalmente, rozando  la elegancia exótica ,salvo  actores, modelos y gente de circo, que se caracterizaban por sus gustos diferentes y algo estrafalarios, portando peinados y trajes extravagantes .
Uno de los jóvenes gay,  llevaba un gran mechón verde en su cabello , este caía abruptamente y hacía un arco sobre su frente; llamaba la atención su manía de estar  acomodándolo frecuentemente, mientras  hacía guiños  y flexiones con sus labios besadores,  al  tratar de disimular la intencionalidad de su conducta coqueta con una pluma color violeta que tapaba su cara y soplaba, mientras observaba  al director de cine, que lo observaba con desagrado ante su mirada de  gran insistencia, le parecía ridícula su actitud ,  él precisamente estaba interesado en una sexy modelo latina de cabellera azabache, cascada rizada  que movía de manera magistral. 
Chica de gran escote frontal y lateral, que apenas tapaba su grácil  figura con un vestido rojo, que envolvía sensualmente su cuerpo frutal, cuya sonrisa prometedora surgía a espaldas tras el homosexual.
Todo este  mundo de personalidades entusiastas y curiosas, había ido a mirar y apoyar a la reo, que era sobrina putativa del juez Duncan, única hija de un primo lejano  de su esposa Betty, un tal Dorian Müller, tildado  “como la oveja negra de la familia” por negarse a seguir la  profesión de abogado, como la mayoría de los varones de tan prestigiosa parentela, para dedicarse a viajar por el mundo coleccionando antigüedades para pvenderlas como originales, o simplemente falsificándolas, según lo requería la ocasión ,  pro_ poder
financiar sus sueños  o escribiendo en cuadernillos llamados “Apuntes de Viajes "repletos de notas  con mapas auténticos o imaginarios de lugares lejanos o inexistentes y hermosos diseños que el mismo dibujaba. 
Para colmo de males, casado con una actriz de teatro Itinerante, que cansada de su despreocupación hacia ella y amor  por tanto colmillo de elefantes, piedras preciosas sanadoras, artículos y  chucherías varias, como viajes a islas misteriosas con extraños acompañantes,  o verlo a su retorno  libando raros zumos  de extrañas yerbas maceradas, que le permitían viajar por diversos paraísos  sin moverse del mismo lugar y sentir que había tanto amor dentro de él que podía amar a hombres y mujeres sin discriminar y distinción alguna.
Harta de todo,  su mujer le entregó la única hija llamada Alice, fruto de la antigua  pasión  y se fue en un safari con un rico comerciante árabe que le puso el mundo a sus pies. 
Finalmente Dorian, años antes de morir de malaria y hacerse monje, le entregó su hija a Betty , quién  logró llenar todos  los vacíos maternos que no pudo concretar con el juez Duncan.
Su sobrina estaba acusada de homicidio en primer grado, la víctima era Robert White, alias “Tony el Magnífico”, dueño de una afamada  empresa dedicada a embellecer y detener el tiempo y las arrugas con sus productos cosmetológicos .  
Además de ser uno de los capos del mundo de los negocios y relacionarse con personajes del narcotráfico, tenía muchos enemigos.
El juez Duncan era  muy alto y delgado.
Sus ojos pequeños y azules, apenas se notaban tras los grandes anteojos de marco dorado.  Se sonaba y tosía continuamente  producto de su placer oculto por el tabaco . Cercana estaba su pipa  compañera, que delataba su única adicción mundana.
Sabía y tenía la certeza que el juicio de su sobrina no sería fácil y dictaminar sentencia  sobre Alice,  preciosa niña que llegó a encantarlo con sus ensortijados cabellos, que hoy lucían alisados , cuando sus alocados padres la abandonaron y se olvidaron de ella.
 Aunque se consideraba algo rígido  o demasiado enérgico con ella, lo justificaba pensando que lo hacía  para domar de alguna forma, esos malos  genes heredados, aunque  la amaba y  conocía la alegría que generó en su esposa Betty ,que suspiraba tanto por el hijo que nunca llegó.
Tras la peluca blanca, obligatoria y fastidiosa para los jueces, no así para  los calvos, Mr. Duncan se sentía incómodo, nervioso, tenía conocimiento que en la sala estaba el abogado  John Morrison, su gran rival, a quien le había  hecho perder varios juicios y le tenía sangre en el ojo, sangre que se volvería implacable contra Alice. 
Ahora era el momento de su vendetta como fiscal acusador de su sobrina.
La puerta de caoba labrada  y tallada con una gran  figura de mujer de ojos vendados, sosteniendo  una balanza en relieve, chirrió como un largo lamento y se abrió.
Entonces el público enmudeció ante la aparición de  Alice Müller , la top modelo del momento, delgada, muy blanca, casi transparente, similar a una aparición surrealista , con los labios pintados de rojo fuerte, pestañas postizas y los ojos glaucos maquillados  suavemente.
Su cabello rubio pajizo estaba peinado hacia atrás y un moño sencillo colgaba desde su nuca.
Tenía una expresión de rara  ternura , desamparo y de orfandad profunda en los ojos.
Sus orejas bien formadas no lucían joya alguna, como antes, solo un pequeño toque de rubor coloreaba sus mejillas, haciendo destacar su hermosa nariz, que no era pequeña, pero le daba personalidad.
Su cuerpo delgadísimo, lo pálido de su piel y su expresión hermética a ratos, le hacían parecer una maniquí  arrancada de algún escaparate de Bond Street.
Una mujer vestida con uniforme de traje gris, la condujo por el largo pasillo central de la sala, cubierto por una alfombra roja, parecida a la de las pasarelas que tanto deslumbró con su figura hecha para la alta costura y que separaba los asientos de la sala, que eran de fina madera tallada siglos atrás.
Alice parecía  flotar en una nube y se dejaba llevar como una niña pequeña.
El público  se paró para aplaudirla, ella sonreía enigmáticamente.
Uno de los gay corrió llorando a besarla. Un guardia lo quitó con violencia, mientras se lo llevaban forcejeaba y gritaba:
_¡Ella es un ángel¡
_¡un ángel¡_
_¡Ella es inocente..es una víctima. Una santa¡
_¡ Por favor sálvenla¡_
El juez golpeó con su martillo para silenciar el alboroto y los murmullos.
Alice se sentó suavemente frente a una mesa de caoba brillante junto a su abogado defensor, un joven moreno, atractivo, que se paró solícito a saludarla y ayudarla a sentarse.
 La observaba con gran ternura  y respeto. 
Ordenaba con mano firme unos expedientes que había sobre la mesa.
Liam Gallagher que así se llamaba, la conocía hace un tiempo, desde que la vio en un viaje y modelando en  una pasarela en París, acompañado de su madre, una aristócrata inglesa , que gastaba su fortuna en  trajes y Tours, aburrida de su casta viudez y falta de nietos.  Hecho que su
 soltero hijo de 36 años no le quería prodigar.
Liam  estaba muy interesado en Alice y detestaba a Tony, quien había estafado a un honesto cliente suyo.
Nunca le pudo probar nada; porque Tony compró el silencio de los testigos con  terror y dinero.
El abogado Morrison, el fiscal acusador, era pequeño, obeso, calvo , de nariz razonable, de grandes anteojos y ojos marrones  , labios gruesos , de  voz estridente y fuerte. 
Miró burlonamente a la joven y exclamó parsimoniosamente, luego de presentar sus respetos al juez y al jurado:
_¡ Tenemos  hoy aquí, a una joven modelo, de aspecto frágil y triste¡_
_¡Pero por favor. Suplico que su aspecto no los engañe¡_
_¡Porque  Señores del Jurado…tras esa carita de ángel existe un demonio: una homicida que mató a un hombre joven, en la plenitud de su vida¡_
Un gran revuelo y gritos de negación y abucheo se sintió en la sala, mientras Morrison proseguía:
_¡Un hombre joven, afectuoso, bondadoso que protegía un Hogar de Ancianos, que hoy sin él quedará desprotegido, entregados a su suerte: comple..ta..men..te.. abandonados¡_
_¡Me pregunto e insto a Ustedes a preguntarse: por culpa de quién?...
_¡QUIÉN SEÑORES ??.
Unas mujeres ancianas del público bien instruidas, por Morrison, gritaban:
_¡Asesina, asesina mataste a nuestro protector¡_
Liam exclamaba de pié : Objeción Sr
Juez, el abogado defensor con esta estrategia incrimina a mi defendida sin prueba alguna.
El juez golpeaba la mesa enojado haciéndolas callar.
Continuó Morrison:
 _¡Esta mujer de 24 años, es una mujer fría y calculadora..no le importó dañar a otra mujer joven y dejarla viuda, sumida en la soledad y la desolación , truncando un amor y una futura familia¡_
Al oír este discurso la viuda que hasta ese momento sonreía y coqueteaba con el político que la acompañaba, dio un profundo y sonoro suspiro, refugiándose en medio de lágrimas, secándose con un fino pañuelito y abrazando al hombre.
_¡No se engañen señores y señoras¡_
Alice lo miraba  con dulzura y movía la cabeza a los lados, a la izquierda y después a la derecha susurrando algo que no se entendía, como si sobre sus hombros hubiese alguien posado.
Morrison hablaba y hablaba una y otra vez.
Para reafirmar lo del Hogar de ancianos, llevó como testigo a su director,  un vejete senil, luego a una de las ancianas, pero esta sufría de amnesia y sus palabras provocaban risa en el público, así que el juez molesto llamó a otra  que  desesperada levantaba su mano, y  que dejó consternado al jurado, al decir que era la madre de Tony y llevaba una perrita chiguagua en brazos.
Muy preocupado Morrison intentó no dejarla hablar, pero la mujer se impuso y luego de poner su mano sobre la biblia exclamó:
_¡Como juré decir la verdad y nada más que la verdad, diré que Tony era un infame, ya que me obligó por años compartir este Hogar de Ancianos, con personas gruñonas, decrépitas, mientras yo estaba lúcida y deseaba viajar. 
Además era un egoísta, mentiroso y  mal hijo¡_
Ante la mirada de Morrison ella exclamó:
_¡Perdone Sr. Morrison pero no debo mentir¡_
_ ¡Basta Señora¡ _gritó Morrison alarmado
_¡Ud. es una malagradecida con Tony¡_
_¿Por qué?_ Contestó ella
_¡Yo era su madre¡_
_¡Lo conocía mejor que todos…Él pudo ser mejor, se portó mal, hasta me amenazó de enviarme al manicomio si decía la verdad.  
_La única vez que se mostró generoso, fue cuando vino con Alice y ella descubrió que yo era su madre¡_
_¡Sra. White vaya a sentarse inmediatamente¡ _gesticulaba enfurecido Morrison.
_¿Por qué Sr. Morrison?_ exclamó mordaz Liam y preguntó:
_¿Sra. White Usted quiere a la Srta. Alice Müller?_
_¡Si señor: yo la adoro¡_
_¡Ella era  maravillosa conmigo y con todo el mundo¡ 
_ A mí me visitaba siempre que podía, me llamaba, me escribía y me regaló a mi Sussy ( besaba a su perrita en la cabeza y arreglaba su ajuar rosado)
_ También ella me regaló un hermoso reloj que puse en la cabecera de mi cama con unos ángeles que dan la hora _
_¡ Ella siempre me decía que me darían protección¡_
_¿Sra. White Ud. Cree que Tony era malo con Alice¡_
_¡Si¡_ exclamó categórica la testigo. 
_Él , era un canalla , arruinó su carrera de modelo, hizo que mucha gente importante le cerrara sus puertas y además la golpeaba.
 Creo que hizo muy bien en “dormirlo". Como muchos lo deseábamos¡…
_¡Gracias Sra. White¡ Puede volver a su siento dijo Liam.
Un murmullo grande se escuchó en la sala como una gran ola.
Enseguida el juez ordenó:
_¡Qué pase la acusada a declarar¡ 
Se escucharon  aplausos y unos vivas por ella, que el juez ignoró.
Alice se paró delicadamente con su rostro de maniquí viviente  entristecido.
Extendió ambos brazos y subió al estrado como si de cada una de sus manos  prendieran o fueran dos niños invisibles  a los que le hablaba con cariño.
Juró con  su mano blanca y exangüe , posándola suavemente en el Libro y observó con dulzura y paciencia al abogado acusador, como  manifestaba su odiosidad hacia ella, tratándola de lo peor y cruelmente.
Cuando éste ya acalorado, agotado de mal hablar de ella , secó con un pañuelo blanco , la transpiración de su frente y  extenuado se derrumbó en la silla; se escuchó la voz almibarada de Alice:
_Sr. Morrison, lo perdono de todo corazón por sus palabras, ya que usted es un alma perdida que se irá al infierno, puesto que usted es un hombre solo que todavía no tiene un ángel de la guarda que lo cuide y  aconseje como a mí. 
_Yo tengo la bendición y la suerte de tener a Gabriel y Michael que son maravillosos y siempre me acompañan_
Nuevamente un murmullo  en la sala y luego el desconcierto al quedar atónitos ante el vuelco de la situación y las palabras de Alice.
_¡Aquí a mi derecha está Michael, es amable y generoso con todo el mundo y siempre lo comprende todo¡-
_¡Michael saluda a estas personas querido¡_
_¡Perdónelo él es muy tímido¡ - exclamó con ternura.
_¡Y aquí a mi izquierda está Gabriel¡_ 
Sonrió al decir:
_  Él a veces es un poco gruñón; pero es muy bueno!. _Me ayuda a tomar decisiones cuando me enojo con la gente!
_¡Saluda Gabriel¡_
Exclamó dirigiéndose a la sala y al ángel imaginario:
_Ven ustedes??? _
_ Él es siempre tan alegre y simpático, ven a mi lado, deja a mis amigos¡_
El público estaba cada vez más que atónito, anonadado, no podían creer que ella le hablara a personas invisibles.
El juez se quitó los anteojos y los limpiaba con vehemencia tratando de tomar medidas dada la situación.
Morrison movía la cabeza hacia todos lados y gesticulaba palabras no entendibles a la viuda y al político que levantaban los hombros y los brazos.
Liam, habló muy confidencialmente al juez y le pidió permiso para acercarse a Alice  preguntándole dulcemente:
_¡Querida Alice, la tarde que Tony llegó a buscarla  a su Hotel por indicación del anticuario y el relojero creyendo que era amigo suyo,
 _¿Él estaba ebrio?_
_¿Los ángeles le dijeron algo?_
_¡Si¡ _respondió Alice
_ Él estaba ebrio y fue muy grosero!.
_¿Él la golpeó?_
_ ¡ Si! lo hizo¡_
_ ¡Tony me golpeó , porque yo no quería irme con él y luego me lanzó a la muralla ,  entonces Gabriel y Michael se enojaron mucho. 
 Gabriel me ordenó que me parara y  tomara  el candelabro de metal que había sobre la chimenea, pero Michael me indicó que me levantara del suelo lo abrazara, le pidiera disculpas,  y luego lo golpeara.
_¿Alice usted pensó que esos consejos eran buenos?_ preguntó el juez
_¡Por supuesto tío Ji! _ellos son mis ángeles de la guarda!_
_¿No recuerdas que cuando tía  Betty estaba con nosotros me los enseñó y regaló?_
_¿Srta. Alice entonces cómo ocurrió?_ dijo Liam
_¡ Me paré del suelo y acerqué a Tony, lo besé y acercándome a la chimenea, tomé el candelabro bien firme y lo golpeaba, lo golpeaba, lo golpeaba¡_
_¡Toma niño malo. Toma niño malo¡_ terminó gritando Alice, agitada moviendo sus manos, mientras lágrimas salían de sus ojos.
El abogado defensor pidió permiso al juez para hacer salir de la sala a la acusada, que luego del esfuerzo parecía a punto de desmayar y con el temblor de las manos, derramaba un vaso con agua que había en la mesa  sobre su sobrio  vestido.
Mientras la muchacha se iba  a la enfermería aledaña a la sala de audiencias, acompañada de la celadora, Liam pidió autorización al consternado juez para hacer entrar al Psiquiatra, quién dio varias explicaciones lógicas sobre el carácter de Tony,  la soledad de esa mujer hermosa que enloqueció por culpa del abandono de sus padres, y el trauma que le provocó la muerte de su tía-madre, receptáculo de  ternura, que en su lecho de agonía le manifestó que le dejaría dos ángeles protectores que la cuidarían cuando ella no estuviera, la rigidez del juez, su tristeza.
 En  fin tantas razones poderosas para hacerla enloquecer y el  maltrato y celos enfermizos de Tony.
Al terminar el juicio , Mariela Alexandra, una de las jóvenes fotógrafas que  asistió  y trabajaba para un connotado diario, tomó varias fotos  de Alice, al revelarla, intervino una  de ella,  agregándole a su bello rostro un par de ángeles.
A la mañana siguiente "El Daily  Mirrow", destacó la foto en primer plano con una leyenda breve:
_Alice y sus Ángeles de la Guarda: 
¡Inocente!_
              
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Narrativa: América Comparini Salas
Fotografía: Mariela Ortega Comparini

COMENTÁRIOS:

Diego de la Noche Escritor y(poeta)  SECH
2 de diciembre de 2014, 14:17
Increíble narración en la aparecen los perfiles de tantas personas que uno ve en el mundo. Caras hipócritas, caras mentirosas, farsantes y huecas, muy bien retratadas por la autora, cuya facilidad en el manejo de las palabras se hace notable en este hervidero de personalidades tan dispares. Felicitaciones a la autora. Hermosa fotografía de Mariela Ortega Comparini.