Alberto Galdámez Valdés, aspiró profundamente y con placer el cigarrillo . dibujo algunas volutas circulares en el aire, como cuando era un jovenzuelo
Sin explicarse la razón o tal vez si, recordó una etapa de su vida que parecía dormida, sepultada.
Una imagen en Internet de una bailarina, lo retrotrajo a una historia pasada de su juventud...
Se vió joven y dueño absoluto de sus pensamientos y quehaceres : libre
Y rememoró esa época lejana que había egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile y se había titulado de Ingeniero Químico.
Como muchos jóvenes de clase media, deseaba estudiar y cambiar su vida, por una que no dependiera de nadie y realizar sus propios sueños.
Ensimismado en sus libros no sabía de fiestas , pololeos o situaciones festivas familiares, prácticamente "se había quemado las pestañas estudiando", para alcanzar sus metas y escapar de su hogar.
Venía del Norte, de Vallenar y quería conocer el mundo y el sabor de la independencia: no dar explicaciones a nadie, ni sentirse ajeno.
Presentó su Currículum en varios lugares y finalmente, gracias a su capacidad y sin intermediarios ,logró ser llamado en una importante empresa Minera, que solicitó sus servicio, en una zona lejana de su hogar.
Entonces emigró de su casa materna.
Se despidió de su familia con algo de temor y se lanzó como un joven guerrero a esta aventura de la sobrevivencia y autosuficiencia.
La Empresa Minera, lo recibió como uno más y pronto generó amistades con algunos compañeros, que lo acogieron muy bien.
Para un joven recién llegado no era tan fácil enfrentar la vida, sobre todo si es tímido; pero si esa timidez es acompañada de inteligencia , se destaca y la vida cambia.
Allí tuvo que evaluar proyectos, establecer medidas de control en los procesos, reducir los efectos provocados en el medio ambiente, optimizar y supervisar . Todo lo aprendido en la universidad.
Era meticuloso y riguroso en sus labores e informes, incluso algunos compañeros de labor copiaban su métodos.
Así se fue valorizando ante los ojos de todos y sus compañeros de labores, que lo consideraron y empezaron a mirar con respeto.
Pero no todo en esta vida es trabajar y si se es joven, se necesitan incentivos y despercudirse de la pesada rutina diaria.
Sus compañeros de trabajo lo invitaron a un "panorama" bajo el lema : hoy es viernes y mi cuerpo lo sabe".
Sergio se acercó a él y le propuso salieran y se uniera al grupo.
Bailarían, beberían y tendrían la grata compañía, de chiquillas muy alegres.." esas chiquillas que no saben decir que no".
Primero estuvo dubitativo, su timidez lo acompañaba siempre que se trataba de mujeres, pero después lo entusiasmó la idea de bailar, algo que a él le daba mucha alegría.
Bueno y también por qué no?
Era joven tenía 26 años , sus hormonas , la testosterona estaba en su plenitud y él descendiente de italianos era apasionado y tenía la necesidad urgente de vivir y alcanzar placer en ese acto tan extraordinario del sexo.
Así que aceptó ir , aunque con ciertas aprensiones.
Sergio palmoteó su hombro al tiempo que exclamaba:
_ Vamos amigo¡
_ No te vas arrepentir las chicas son muy entretenidas....y exquisitas...ricas!_
Así llegaron a una casa camuflada de color azul, con una mampara de cristal , salón principal y habitaciones confortables.
Todo decorado aparentemente en forma familiar, pero con grandes alfombras, algunas oleografías, con copias de cuadros, replicas de modelos desnudas de Goya y otros pintores, candelabros, mesitas ratonas con licores , vasos, copas y bebidas alcohólicas.
Un cortinaje negro de terciopelo, que comunicaba con las habitaciones dispuestas para el placer.
Al entrar una chica los recibió afectuosa, al parecer conocida por uno de lo integrantes del grupo.
Una mujer mayor, de cabello rubio tinturado, vestida muy exageradamente con un traje escotado de fiesta brillante con lentejuelas verdes, collar de perlas y pulseras que sonaban al mover su mano y algunos anillos que simulaban piedras preciosas. Maquillada en extremo, se acercó y les dió la bienvenida muy efusivamente.
Se hacía llamar " la tía" y era la regenta del burdel.
De inmediato ella, conocedora de la vida y los hombres, detectó a Alberto.
Arturo, el mayor del grupo, le habló algo al oído a la tía, mujer hábil en estas lides, se acercó muy cariñosa . Abrazándolo lo besó con sus labios pintados de rojo en el rostro.
Al hacerlo , Alberto sintió su perfume muy fuerte, inconfundible y se ruborizó.
_Bienvenido mi'hijito ¡ _
_Aquí los vamos atender muy bien con las chiquillas¡_
_Cierto niñitas?_ Exclamó dirigiéndose a las muchachas que se habían acercado.
Aparecieron todas las chicas muy alegres, vestidas para la ocasión con trajes ajustados y flores en el cabello.
Pronto se acercaron a ellos y tomándolos del brazo los llevaron al centro del Salón.
La " tía" , luego de darles la bienvenida, los invitó a pasar un buen rato, pasando a cada uno, una hoja impresa , destacando los precios por hora , bebidas , licores, cigarrillos y las habilidades amatorias de las chicas.
Luego de ponerlos al día en su negocio dijo:
Hoy tenemos una especial primicia
Las chicas ofrecerán a ustedes, un número especial, traído directamente de Colombia.
Un hermoso y delgado chico gay de cabellos crespos y colorines , largas pestañas profusamente maquilladas, con rimel negro y zapatillas de ballet, apagó todas las luces del salón e hizo funcionar el tocadiscos
En seguida la música invadió el salón y comenzaron a sonar los clarinetes, el tambor, el guache, las maracas y la Cumbia colombiana, en todo su esplendor surgió inundando el Salón de Alegría y voces.
Entonces se produjo la magia : 4 chicas portando cada una 1 vela en su mano, comenzaron con gráciles y sensuales pasos a danzar la Cumbia, dando al salón un aspecto fantasmagórico y mágico.
La chica que acompañaba a Alberto tomó cálidamente su mano y lo instó a bailar.
Este se integró al baile disfrutando el ritmo con ella, que le sonreía y hablaba cariñosamente.
Luego del baile y los brindis , que se fueron alargando, los amigos de Alberto fueron desaparecieron tras las pesadas cortinas negras para adentrarse en las habitaciones, donde darían paso a todo el deseo acumulado en ese espacio erótico diseñado para momentos placenteros.
Luego de un rato de bailar, Mabel, la muchacha que acompañaba a Alberto Galdamez , tomó su mano y lo condujo al sillón más cercano, ofreciéndole una copa de vino, que este presuroso bebió, para así, espantar el susto de lo que vendría.
Algo que deseaba ardientemente , pero que emocionalmente le era difícil de asumir.
Mabel mimosa se sentó en sus rodillas, cruzó las piernas , dejando sus manos libres, ofreciéndole aspirar de su cigarrillo.
Y así entre fumar y conversar, ella experta y conocedora de los hombres, al sentir la mano del hombre sobre sus muslos, comenzó a susurrarle en su oído frases cargadas de erotismo y ternura.
Erotismo, pasión y ternura ,fabulosa fórmula.
¡Armas para fascinar a cualquiera !
Alberto comenzó a desearla fuertemente y querer huir con ella al cuarto más cercano para sentirla ; situación que ella entendió al captar su cuerpo ávido de emociones.
Se levantó presurosa y tomándolo de su mano le dijo cariñosa:
_Ven!_
Única palabra dicha , pero cargada de sensualidad por la voz dulce de la chica, que provocó un escalofríos en su espalda.
Entraron a la habitación, premunida de una cama grande , sábanas y cojines celestes , música romántica y una pintura sobre el lecho.
Se sentaron al borde de la cama , Mabel tomó suavemente a Alberto de las solapas y beso su rostro delicadamente : él temblaba.
Ella repitió en su oído:
_ Tranquilo_
_Déjame hacerte feliz!_
Y así continuó quitando toda su ropa y tendiéndolo en la cama, para luego desnuda también, recostarse a su lado.
Susurrando en su oreja y besando su cuello repetía:
_Dime que quieres ! ...
_Pideme lo que quieras ¡...
Alberto silencioso y totalmente erotizado, la abrazó ansiosamente y comenzó a besar suavemente sus pechos y deslizar su mano hacia su pubis y sus labios inferiores para palpar su sonrisa vertical en toda su cálida humedad.
Pero Mabel, conocedora de su función, se separó de sus brazos y dijo: _Espera! _
Luego posó y sentó sus caderas sobre su vientre y comenzó a b
lamer , besar su cuello, su pecho, su vientre, su pubis, hasta tocar, acariciar con su rostro y su cabello su erecta masculinidad.
Alberto antes silencioso, dejó escapar pequeños suspiros que se convirtieron luego en quejidos y a ratos cada vez más continuos , en gemidos de placer .
En ese momento desbordante de placer, Mabel motivada , aplicó con su boca tibia, todos sus conocimientos de consumada meretriz , logrando que Alberto sintiera un profundo deleite y ella pudiera escuchar un ahogado y gutural grito de placer escapando de sus labios, que invadió toda la habitación....
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Ese atardecer , Alberto cerró los ojos y aspiro profundamente su cigarrillo, volviendo a esa época de su juventud.
Lo embargó un especial sentimiento y sintió que ese recuerdo era tan suyo y tan secreto que manifestaba todo el placer de su libertad interior .
Luego exclamó bajito, casi en un susurro:
_No me arrepiento de nada..de nada !!
Seguro ella debe estar tan anciana como yo...!
Y apagó el resto de su consumido cigarrillo en el cenicero de madera, con una evocadora y feliz sonrisa en los labios.
Fin
Fotografía:
Pintura Naif de mi autoria llamada
"EL baile del Amor"